¿Quién no ha tenido en algún momento un dolor de espalda? Es un problema tan común que se estima que el 80% de la población padecerá dolor de espalda en algún momento de su vida. A pesar de ser una patología muy incapacitante, suele ser una afectación temporal que se puede solventar con tratamientos conservadores.

Pero, ¿qué ocurre cuando se trata de un fuerte dolor de espalda constante? ¿Cuándo se considera que el dolor de espalda es grave y requiere de atención médica especializada?

Causas del dolor de espalda

El estrés, cansancio, lesiones deportivas, un embarazo, aumento de peso o la postura incorrecta son los principales motivos que causan dolor de espalda de forma temporal. Pero también existen problemas mecánicos de la espalda, como la hernia discal o fracturas vertebrales, y patologías como la artritis, osteoporosis, infecciones, etc. que son responsables del fuerte dolor de espalda o dolor crónico agudo.

Dependiendo de cuál es la causa, los síntomas de dolor de espalda pueden variar desde el dolor muscular hasta el dolor agudo y punzante. Además, puede haber fuerte dolor de espalda que se propaga por la pierna o que empeora cuando te inclinas hacia delante, te paras o caminas o cuando intentas levantar objetos.

Cuándo debes consultar al médico

A veces nos cuesta tomar la decisión de ir al médico cuando sentimos molestias o dolor de espalda. En la mayoría de las ocasiones, con reposo relativo y la aplicación de hielo y calor en la zona, las molestias se pasan y aliviar el dolor es una tarea fácil. Pero si se trata de un fuerte dolor de espalda que es constante, es posible que detrás se esconda una grave patología que precisa de tratamiento médico.

Si tras un periodo prudencial de 2 o 3 semanas ves que el dolor persiste, es conveniente que consultes con tu médico de cabecera para reajustar el tratamiento con fármacos y que te derive al traumatólogo especialista en columna.

El reto del traumatólogo en esta situación consiste en distinguir el 95% de los casos que son procesos musculo-esqueléticos benignos del 5% restante que están originados por enfermedades y patologías que requieren un adecuado diagnóstico y tratamiento.

Por lo tanto, ante determinados síntomas, sí es preciso recibir atención médica especializada. Es necesario poder descartar los procesos de mayor gravedad como hernias discales, infecciones, tumores…

Los síntomas que pueden suponer cierta gravedad son:

Dolor persistente después de dos semanas de tratamiento.

Cuando el dolor se extiende por una o por ambas piernas, especialmente si se prolonga por debajo de la rodilla.

Si se nota adormecimiento y cosquilleo en alguna zona de la espalda o que se extiende hacia una o hacia las dos piernas.

Cuando el fuerte dolor de espalda no se alivia con descanso.

Si el dolor de espalda se ha producido tras una caída o lesión deportiva.

Si el fuerte dolor de espalda está acompañado de otros problemas como incontinencia urinaria o dificultad para orinar, debilidad, fiebre, pérdida de peso sin causa aparente…

Lo que puede esconderse detrás de un fuerte dolor de espalda

  • Osteoporosis
  • Hernia discal
  • Estenosis de canal
  • Espondilolistesis
  • Disfunción sacroilíaca
  • Síndrome de cola de caballo o cauda equina
  • Ciática

Tratamiento para el fuerte dolor de espalda

  • El uso de calor o hielo, en función de lo que recomiende el especialista puede ser suficiente.
  • El reposo debe ser relativo, ya que hay que intentar mantener la actividad física diaria mientras se pueda tolerar el dolor para no provocar un desacondicionamiento físico.
  • La fisioterapia, así como técnicas de relajación muscular o ejercicios para fortalecer la musculatura, ultrasonidos, estimulaciones eléctricas… también son efectivos para resolver los dolores de espalda.